24 diciembre 2011
La última Navidad
19 diciembre 2011
Al pan, pan... y a los higos, higos
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Grafiti en la pared de una casa abandonada en el centro. |
15 diciembre 2011
Miradas al suelo
Esta mañana en la línea 1 del metro, entre las estaciones Syntagma y Panepistimio.
De entre la multitud de cabezas atestadas se alza una voz masculina. Buenos días, señoras y señores... En seguida queda claro que no se trata del revisor. Se percibe cierta desesperación camuflada. Hace unos días estuve en el pograma de televisión "Merece la pena"... Parte de su plegaria se pierde, quizá por una mala proyección de la voz, quizá porque las cabezas que pueblan el vagón obstaculizan su nítida propagación. La plática continúa, Tengo un hijo ciego y está enfermo..., pero rápido queda amortiguada por el ensordecedor chirrido de las ruedas metálicas sobre la vía, que termina por silenciarla. Miro a mi alrededor y solo veo cabezas gachas y cuerpos vueltos hacia las puertas del vagón. Sobre las negras ventanas se refleja una multitud de rostros, todos ellos con la mirada fija en el suelo. El tren se aproxima a la estación y reduce progresivamente la velocidad... Muchas gracias y felices fiestas... Segundos antes de que suene la señal de apertura de puertas, una voz femenina desde atrás me despierta del trance:
De entre la multitud de cabezas atestadas se alza una voz masculina. Buenos días, señoras y señores... En seguida queda claro que no se trata del revisor. Se percibe cierta desesperación camuflada. Hace unos días estuve en el pograma de televisión "Merece la pena"... Parte de su plegaria se pierde, quizá por una mala proyección de la voz, quizá porque las cabezas que pueblan el vagón obstaculizan su nítida propagación. La plática continúa, Tengo un hijo ciego y está enfermo..., pero rápido queda amortiguada por el ensordecedor chirrido de las ruedas metálicas sobre la vía, que termina por silenciarla. Miro a mi alrededor y solo veo cabezas gachas y cuerpos vueltos hacia las puertas del vagón. Sobre las negras ventanas se refleja una multitud de rostros, todos ellos con la mirada fija en el suelo. El tren se aproxima a la estación y reduce progresivamente la velocidad... Muchas gracias y felices fiestas... Segundos antes de que suene la señal de apertura de puertas, una voz femenina desde atrás me despierta del trance:
–¿Va a bajar?
–Sí, respondo firme y seco, aún absorto, sin tan siquiera girarme.
07 diciembre 2011
Del éxodo y el abandono
23 noviembre 2011
Al mal tiempo, buena cara

17 noviembre 2011
La gran evasión
Livadiá es un hermoso pueblo de piedra situado en la margen del río Erquina, en la provincia de Beocia. El pasado fin de semana tuve el inmenso placer de asistir a un seminario organizado por la biblioteca de este remanso de paz a menos de dos horas de la mastodóntica Atenas. No se me ocurría una excusa mejor para huir no solo del ruido del tráfico rodado de la urbe, sino también del chirriante ruido del tráfico de información, de esa información aliñada con buenas dosis de morbo y alarmismo que tanto gusta a los medios del siglo XXI.
06 noviembre 2011
Yorgos y el lobo
Lo acontecido esta semana que termina en Grecia ha sido sencillamente delirante.
Durante el largo fin de semana que la precedió con motivo de la fiesta nacional del 28 de octubre, en las calles de Atenas se respiraba un aire festivo y despreocupado (rara avis en los tiempos del FMI), imbuido tal vez por el acuerdo alcanzado el día anterior en Bruselas, que suponía la quita del 50% de la deuda pública, y a pesar de no haberse leído aún la letra pequeña que exponía los nuevos sacrificios que ello implicaba.
26 octubre 2011
Esos héroes cotidianos
21 octubre 2011
La vergüenza
No puedo encontrar otra palabra para describir lo que ha ocurrido en Atenas en estas dos jornadas de huelga general. Son muchas las que se me agolpan en la mente, pero parece que todas se quedan cortas para definir una situación confusa y compleja.
08 octubre 2011
El amor en los tiempos del caos
Nena y Pavlos son dos jóvenes comunes y corrientes. Él tiene un puesto administrativo en una empresa. Ella es enfermera en un hospital de El Pireo. Él vio cómo el local donde trabajaba a media jornada para sacar unos ingresos extra cerró la pasada primavera por una mala gestión del negocio. Ella se ve obligada a desempeñar día tras día su trabajo en unas condiciones cada vez más precarias. Ambos son griegos pónticos, descendientes de la antiquísima comunidad helena que durante siglos estuvo asentada en el litoral meridional del Mar Negro. El sábado decidieron unir sus vidas en santo matrimonio, siguiendo las pintorescas y entrañables tradiciones milenarias de su pueblo en una Atenas cada vez más inhumana, a la cabeza de un país que se asfixia lentamente entre el gas letal de los mercados (ese Todopoderoso sin rostro) y los gases lacrimógenos con que el establishment pretende aniquilar cualquier oposición por parte de un pueblo que agoniza.
27 septiembre 2011
Noche de vigilia
Contra todo pronóstico, mi estancia se desarrolla agradable y apacible, no imaginaba que pudiera haber tanto movimiento y sobre todo tanta tienda abierta a estas horas de la madrugada en un aeropuerto no excesivamente grande. Nunca antes me había detenido a observar y comparar las diferentes cafeterías, hojear los diversos e interesantes libros de las librerías, estudiar el menú de cada restaurante, dejar que los olores de la pastelería fresca me azucen el hambre y, como colofón, sentarme con el ordenador sobre el regazo disfrutando de los 60 minutos de conexión inalámbrica gratuita cortesía del aeropuerto (¡cuánto tenemos que aprender en España de Internet, que hasta aquí nos llevan la delantera!).
14 septiembre 2011
Los cañones de Navarino
Recorrer la Mesenia, la provincia que ocupa el extremo suroccidental del Peloponeso es como deslizarse por una paleta de acuarelas azules y verdes. Al doblar una curva, cada montaña parece esconder tras de sí una esquinita de mar. No importa cuán remoto sea el lugar que se visite, en Grecia todas las tierras tienen historia. Y la Mesenia no es una excepción. Amén de sus sitios arqueológicos que encierran miles de años, toda la provincia está salpicada de castros medievales, fortificaciones militares de cuando los venecianos campaban a sus anchas por estos lares.
20 agosto 2011
16 agosto 2011
Crónicas de la ciudad fantasma
A pesar de la fuerte presencia de turistas que recorren las callejuelas del centro y se encaraman a la Acrópolis o al Areópago, fuera de los circuitos turísticos Atenas queda estos días reducida a un desierto de asfalto y hormigón, habitado solo por un puñado de personas, muchas de tez oscura o manos arrugadas. Afuera todo parece desarrollarse de forma lenta y perezosa, excepto el crepitar frenético de las cigarras. Incluso los quioscos, emblema cotidiano de la Grecia contemporánea, están cerrados. Esta pesada calma de aceras desnudas y persianas bajadas hace que te fijes mucho más en la poca gente que se cruza en tu camino, preguntándote a qué dedicarán estos días de sol y plomo, si sus trabajos les obligarán a permanecer aquí o es el bolsillo quien les impide marcharse, si cuando lleguen a casa alguien les estará esperando o si se encuentran solos...
Las grandes ciudades son siempre desiertos llenos de gente, pero estos días Atenas es un desierto vacío.
08 agosto 2011
Sérifos
(Suspiro de piedra en mitad del Egeo)
30 julio 2011
¿Es esto amor?
Uno se da cuenta de que ha vivido en un mismo lugar más tiempo del que
debería cuando empieza a encontrar atisbos de belleza en la fealdad más
absoluta. Como cuando nos enamoramos. Más allá de la magia de sus
monumentos milenarios, el encanto de sus entrañables tabernas y la
bulliciosa animación de sus paseos, desde hace un tiempo me sorprendo
admirando escenarios urbanos que en otras circunstancias no me habrían
llamado en absoluto la atención o incluso me habrían horrorizado, como
una avenida Singrú desierta o algunas viviendas del centro que aún
supuran un señorío decadente.
10 julio 2011
El vals de los sueños perdidos
Con esta obra del genial Manos Hatzidakis como acompañamiento a una de las magníficas coreografías que se pusieron en escena en el Estadio Kalimármaro, Atenas clausuró esta semana los Special Olympics. La ceremonia, mucho más sencilla que la de inauguración y aun así mucho más bonita y elegante, me hizo pensar, una vez más, lo mal que se vende este país... y así le va. Podría con gusto extenderme sobre los diferentes números, algunos de un gusto exquisito, que compusieron la ceremonia en un estadio Panatenaico a medio llenar a causa del elevado precio de las entradas, a sabiendas de que los griegos han pasado olímpicamente de estas Olimpiadas, valga la redundancia.
30 junio 2011
Sueño de una noche de verano
Escenario de lujo: el del Estadio Kalimármaro con la Acrópolis de fondo |
Siete años después, Grecia vuelve a albergar un evento deportivo a gran escala y la situación no puede ser más desigual, tanto por la discreta acogida de una sociedad divivida (¿es este momento para fiestas?) como por la gravísima situación económica. Sin embargo, la ceremonia de apertura se desarrolló, como cabría esperar, bajo un halo de magia y fantasía, sin lujos excesivos, pero con todos los ingredientes de toda ceremonia que se precie: desfile de atletas, izado de bandera, actuaciones estelares (Steve Wonder, Vanessa Williams), juramento olímpico y la llegada al estadio de la Llama de la Esperanza, que presidirá el estadio durante el desarrollo de los Juegos.
21 junio 2011
Destellos y sombras
Esta primera noche del verano por fin encuentro la tranquilidad y el ánimo para sentarme un rato a la fresca, dejando que mi mirada y mis pensamientos se pierdan en el horizonte. La Atenas urbana no puede considerarse ni mucho menos bonita, pero como todas las ciudades, las noches de verano cobra un encanto misterioso y sosegado que de algún modo la embellece. Desde mi balcón observo la transitada (también de noche) avenida Singrú que une en kilométrica línea recta el centro con el mar. Ese bramido ahora quedo pero incesante de los coches me recuerda que esta ciudad nunca duerme. Mi mirada se posa en la gran farola de tres focos que ilumina el puente sobre un cruce de carreteras a distinto nivel y me pregunto adónde irán todos estos coches a estas horas de la noche... con la que está cayendo.
Y la que está cayendo no es ni más ni menos que la espada de Damocles sobre su país. De un año a esta parte aquí no se habla de otra cosa que de economía, pero especialmente estas últimas semanas la situación se ha vuelto insostenible. Tanto se ha amenazado a los griegos con la bancarrota para justificar las asfixiantes medidas económicas impuestas durante los últimos meses que al final el pueblo parece haberse vuelto indiferente y no son pocos los que van por ahí clamando la bancarrota y el borrón y cuenta nueva, aunque habría que ver de qué tipo de cuenta se trata... Lo que está claro es que no se puede abusar de la gente hasta la extenuación y asustarla como a niños pequeños, como si la bancarrota fuera el hombre del saco.
15 junio 2011
Manifestación a la griega
Hoy, 15 de junio de 2011, Grecia vuelve a quedar hemipléjica gracias a una nueva huelga generaloide que básicamente seguirán los que pueden (funcionarios y estudiantes) y sufrirán el resto de trabajadores que se las ven y se las desean para llegar a su lugar de trabajo. Porque, por mucho que digan en la tele, una huelga general en Grecia poco tiene que ver con lo que entendemos en España.
En primer lugar, el adjetivo "general" aquí se limita casi exclusivamente al sector público. (¡Pues vaya una huelga general!, pensarán algunos; eso mismo digo yo). Además, en Grecia se convocan y desconvocan huelgas y manifestaciones sin ton ni son, no de ahora, sino de siempre, porque aquí cada uno pide lo suyo (de ahí las absurdas y contraproducentes huelgas de todos los sectores de hace unos meses) y eso ha creado una "subcultura de la manifestación" (de la que carecemos en España) que hace que se desluzca el espíritu límpido y puro que se le presupone.
31 mayo 2011
Lecciones de Democracia
Si hace unos meses me hubieran dicho que en este pandemónium en que se ha convertido el Mediterráneo seríamos los españoles los que haríamos que los griegos se levantaran "de verdad" y alzaran sus voces contra políticos corruptos, sistemas oxidados y banqueros facinerosos debo reconocer que me habría dado la risa. Sin embargo, esta pasividad española tan nuestra ante los temas socioeconómicos ha hecho que el movimiento fresco, espontáneo y pacífico del 15-M caiga como un mazazo en la cabezota de la clase dirigente. Se trata de un grito silencioso (como lo ha calificado la prensa), pacífico, casi festivo, y por eso precisamente, ensordecedor.
14 mayo 2011
Cuando las paredes hablan
Proclamas, lemas y digresiones que dan idea de qué se cuece esta primavera revuelta en las calles de Atenas.
28 abril 2011
Lo mejor de Oriente y Occidente
Milhojas |
Siropiastá |
Chocolatinas |
recónditos museos de la delicia.
¡Feliz tentación!
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Tsureki |
Baklavás |
11 abril 2011
Y se hizo la luz
Y se hizo la luz.
Y el sol volvió a fundirse perezosamente sobre las terrazas de los edificios
y de pronto la Ciudad volvió a bañarse de ocre
y el ocaso nos dejó un horizonte de pétalos de rosa.
Y un año después, un día cualquiera, ya caída la noche, volvió a sorprendernos con su fresca brisa
y su perfume a azahar.
01 abril 2011
El consuelo del pobre
Siempre he pensado que el único consuelo que les queda a los pobres es la luz o, en su defecto, el calor. Ya sea en forma de plato de sopa bien caliente, que será lo único que no falte en la mesa del pobre, o en forma de enorme bola de fuego que de pronto con su sola presencia alivia las preocupaciones, endulza las penas y acaricia el alma. Es esta reflexión obligada el día de hoy, primero porque es verdad, y además porque estos primeros días en que despunta la primavera, la naturaleza ha empezado a recompensar a quienes aún quedan a bordo de este país a la deriva. Porque si últimamente me he sentido identificado con alguien, es con el marinero que se resiste a abandonar la nave aunque esta parezca haber perdido el rumbo y dirigirse al precipio que marca el fin del mundo (¡ah, pero la tierra no era redonda?).
Lo es. Un poco achatada, según cuentan, pero pese a todo esférica; o sea que si no erramos mucho nuestra trayectoria, nuestra ruta completará pronto su ciclo y donde estoy estuve, y donde estuve estaré, etcétera. Como nuestro planeta, resulta que las estaciones también son cíclicas (otra cosa es que a veces nos vengan mejor o peor dadas), así que no deja de ser curioso que nos sorprendamos tanto cuando llegan esos primeros haces de luz celestial... Del mismo modo, nuestros estados de ánimo son cíclicos, porque cíclicos suelen ser también los factores que los provocan, aunque esto lo olvidamos con más facilidad... Y yo no sé si habrá sido el azar, la estancia insospechada de tres o cuatro planetas en la octava casa de Virgo, o el Mercurio retrógrado (anádromos Ermís lo llaman aquí, que suena mucho mejor), pero en mi caso particular, ambos ciclos, anímico y estacional, han convenido en cambiar a la vez... otra vez.
15 marzo 2011
De repente

En Grecia no se cuestiona tanto la seguridad de las centrales nucleares (puesto que no hay) cuanto la resistencia de las construcciones en caso de un seísmo similar, pues es ésta zona de intensa actividad sísmica. Supongo que, como en otras partes del mundo, el miedo se basa en el mismo plantamiento: si esto ha ocurrido en uno de los países con mejores infraestructuras del mundo, ¿qué podría suceder aquí? En 1999 un temblor de magnitud 6.0 causó numerosos destrozos y dejó más de un centenar de muertos en la región de Atenas. Algunas construcciones se vinieron abajo y muchas otras sufrieron desperfectos de diversa consideración. Para valorarlos, se creó un código tricolor: rojo para los edificos que presentaban los desperfectos más graves, muchos de los cuales debieron ser demolidos, amarillo para los que presentaban importantes desperfectos y verde para los que no habían sufrido daños significativos. Esto solo en construcciones modernas. Curiosamente, los monumentos arqueológicos quedaron prácticamente intactos.
El hombre contemporáneo, empeñado en convertirse en dios, parece darse cuenta una vez más de que no lo logrará jamás, ni siquiera en nombre de la divinizada Ciencia. Todo esto ando pensando en esta soleada mañana de marzo, en la terraza de una cafetería desde donde se divisa una esquinita de la Acrópolis. Entonces, casi tres milenios atrás, los hombres no jugaban a ser dioses, sino que atribuían los fenómenos naturales al capricho de éstos. Puede que entonces, como ahora, no hubiera más dios que la Naturaleza. Puede que algún día empecemos a tomárnosla tan en serio como esas religiones creadas por el hombre y nos lo pensemos dos veces antes de alterarla a nuestro antojo en nombre del progreso. Sólo espero que no tengamos que aprender la lección "de repente".
02 marzo 2011
Atenas todo el año
Aunque son raros los días de frío excesivo, este último sábado de febrero vuelve a cumplirse el viejo refrán popular Mártis gdártis (Marzo el desollador). El tiempo casi primaveral de hace un par de semanas se ha recrudecido y los termómetros han acordado plantarse en la media docena de grados. Pese a todo, me recreo en mi periplo matutino por el centro histórico. La ciudad tiene otro color sobre este fondo gris cielo y este ambiente semifestivo del sábado.
Cuando la sensación hipotérmica se me hace insoportable, decido parapetarme en compañía de una amiga en una de esas cafeterías griegas que abren casi de sol a sol, pasando del café a las copas en cuanto cae la noche. Tras visitar la pequeña exposición de pintura en la entreplanta del local, por fin consigo entrar en calor gracias a un humeante té de jazmín, mientras mi amiga da cuenta de las múltiples actividades que se avecinan. Y en ese momento, compartiendo con otra veintena de clientes la inmensa mesa de madera del mítico Booze Cooperativa en la céntrica y sombría calle Kolokotroni, me doy cuenta de lo mucho que tiene que ofrecer esta ciudad con tan sólo rascar un poquito, más allá de los monumentos arqueológicos y las pintorescas tabernas de Plaka, en las otrora comerciales calles del centro, hoy poco transitadas y repletas de rincones mágicos, dignos de visitar todo el año, aunque haga frío.
22 febrero 2011
Saldremos de esta
Hace días que me ronda por la cabeza esta frase, como una especie de eslogan sindicalista o de tranquilizador consejo de abuela. Mañana este país se volverá a paralizar (esta vez parece que masivamente, por primera vez en muchísimo tiempo) para reclamar (mucho me temo que en vano) al Gobierno una política socio-económica más justa o, dicho en román paladino, que deje de estrangular a los ciudadanos. La Grecia de hoy, la de febrero del once, poco tiene que ver con la imagen de país simpático, ocioso y bañado por el sol que el extranjero se ha ido forjando en su mente, ya sea por experiencia propia o meramente de oídas.
30 enero 2011
Ordenando el caos
Volviendo a www.apergia.gr, la web debe su nombre a su objetivo principal: informar puntualmente a los sufridos ciudadanos de todas las huelgas que tienen lugar a lo largo y ancho del país, porque aunque no lo saquen en los telediarios (no hay sangre, ni pedradas, ni incendios), este país va a trompicones desde hace meses debido a las múlitples y repetidas huelgas en todos los sectores. La semana que entra nos recibe con una nueva huelga de 24 horas (sin servicios mínimos, que eso aquí no se estila) en toda la red de metro. Además, los autobuses la guinda el martes y el miércoles con una huelga de 48 horas. Pero ahí no queda la cosa: la semana que termina nos dejó una huelga "rotatoria" de farmacéuticos de 72 horas (es decir se repite cada cuatro o cinco días). Parece, no obstante, que la semana que viene nos darán un respiro, porque les toca a los médicos de la Seguridad Social, que harán una huelga de nada menos que cuatro días (por suerte, en Sanidad sí hay servicios mínimos). Y así, un largo etcétera.
El caso es que ahora esta página web está intentando ordenar el caos que una buena huelga siembra en derredor (y aquí estamos hablando de un puñado de huelgas semanales) y, sinceramente, no debe de estar haciéndolo nada mal, (ya tiene más de cuatro mil fans en Facebook), por muy paradójico que suene esto de ordenar el caos... Claro que más paradójico es que los flashes de medio mundo estuvieran enfocando a Grecia hace ahora casi un año, cuando el "país" (en toda su abstracción) debía ser "rescatado", proyectando al mundo una imagen mucho más grave que la real, y hoy esos mismos flashes parezcan haberse apagado para siempre, precisamente cuando los ciudadanos (las personas) de verdad sufren las consecuencias de esta crisis, es decir, en el día a día, en los desorbitados precios de la gasolina, en el abusivo aumento del billete de metro (¡un 40%!) o en la parada de un autobús... que no llega.
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