Uno se da cuenta de que ha vivido en un mismo lugar más tiempo del que
debería cuando empieza a encontrar atisbos de belleza en la fealdad más
absoluta. Como cuando nos enamoramos. Más allá de la magia de sus
monumentos milenarios, el encanto de sus entrañables tabernas y la
bulliciosa animación de sus paseos, desde hace un tiempo me sorprendo
admirando escenarios urbanos que en otras circunstancias no me habrían
llamado en absoluto la atención o incluso me habrían horrorizado, como
una avenida Singrú desierta o algunas viviendas del centro que aún
supuran un señorío decadente.
Sin embargo, al igual que cuando estamos enamorados, empiezo a descubrir
encantos de esta ciudad que hasta ahora habían permanecido ocultos y de
repente se revelan, encantos que hay que saber hallar y que no se
sabrán apreciar a simple vista, como una plaza de barrio tomada por sus
habitantes y que rezuma vida...
una empinada travesía que se precipita colina abajo y recuerda a una persecución de una antigua película americana,
o al lugar del crimen de una novela policiaca...
y cuando menos te lo esperas, una cegadora Luna llena traza un nuevo camino... sobre el mar.
No estarás enamorado de Atenas?
ResponderEliminarYo la vi antes...y desde entonces me tiene enamorada, ya lo sabes!
Me alegra que tú también descubras cada día esa parte "que sólo los enamorados" podemos ver!
Un beso y felicidades por las fotos y el texto. En tu linea, siempre genial!!!
Φιλάκια πολλά
Como siempre,consigues enamorar tu con lo que escribes!!!Un besote y a ver si hablamos!!
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