30 enero 2011

Ordenando el caos

Sé que puede sonar, si no contradictorio, cuanto menos paradójico. No obstante, es lo que me vino a la cabeza cuando entré en la página web www.apergia.gr, de la que me hablaron hace unos días. Aperyía significa "huelga"; aneryía, en cambio, es "paro". Durante años siempre confundía ambas palabras, en parte porque me eran relativamente ajenas, pero hoy las distingo perfectamente: aperyía es el martirio diario de los griegos; aneryía, por su parte, es la pesadilla de los españoles. Por desgracia, ya no puedo decir que estos términos me resulten ajenos; en contrapartida, al fin he aprendido la lección. He aquí otra paradoja.

Volviendo a www.apergia.gr, la web debe su nombre a su objetivo principal: informar puntualmente a los sufridos ciudadanos de todas las huelgas que tienen lugar a lo largo y ancho del país, porque aunque no lo saquen en los telediarios (no hay sangre, ni pedradas, ni incendios), este país va a trompicones desde hace meses debido a las múlitples y repetidas huelgas en todos los sectores. La semana que entra nos recibe con una nueva huelga de 24 horas (sin servicios mínimos, que eso aquí no se estila) en toda la red de metro. Además, los autobuses la guinda el martes y el miércoles con una huelga de 48 horas. Pero ahí no queda la cosa: la semana que termina nos dejó una huelga "rotatoria" de farmacéuticos de 72 horas (es decir se repite cada cuatro o cinco días). Parece, no obstante, que la semana que viene nos darán un respiro, porque les toca a los médicos de la Seguridad Social, que harán una huelga de nada menos que cuatro días (por suerte, en Sanidad sí hay servicios mínimos). Y así, un largo etcétera.

El caso es que ahora esta página web está intentando ordenar el caos que una buena huelga siembra en derredor (y aquí estamos hablando de un puñado de huelgas semanales) y, sinceramente, no debe de estar haciéndolo nada mal, (ya tiene más de cuatro mil fans en Facebook), por muy paradójico que suene esto de ordenar el caos... Claro que más paradójico es que los flashes de medio mundo estuvieran enfocando a Grecia hace ahora casi un año, cuando el "país" (en toda su abstracción) debía ser "rescatado", proyectando al mundo una imagen mucho más grave que la real, y hoy esos mismos flashes parezcan haberse apagado para siempre, precisamente cuando los ciudadanos (las personas) de verdad sufren las consecuencias de esta crisis, es decir, en el día a día, en los desorbitados precios de la gasolina, en el abusivo aumento del billete de metro (¡un 40%!) o en la parada de un autobús... que no llega.