Si hace unos meses me hubieran dicho que en este pandemónium en que se ha convertido el Mediterráneo seríamos los españoles los que haríamos que los griegos se levantaran "de verdad" y alzaran sus voces contra políticos corruptos, sistemas oxidados y banqueros facinerosos debo reconocer que me habría dado la risa. Sin embargo, esta pasividad española tan nuestra ante los temas socioeconómicos ha hecho que el movimiento fresco, espontáneo y pacífico del 15-M caiga como un mazazo en la cabezota de la clase dirigente. Se trata de un grito silencioso (como lo ha calificado la prensa), pacífico, casi festivo, y por eso precisamente, ensordecedor.
31 mayo 2011
14 mayo 2011
Cuando las paredes hablan
Proclamas, lemas y digresiones que dan idea de qué se cuece esta primavera revuelta en las calles de Atenas.
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