16 diciembre 2012

En busca de la felicidad

Ηasta ahora no me había percatado de la cantidad de mercadillos y actos benéficos que se organizan en Atenas con motivo de las fiestas navideñas. El frío arrecia y aunque la mitad de las calefacciones están sumidas en un profundo letargo por la brutal subida del gasóleo, la ciudad intenta caldear un año más los gélidos ánimos de la crisis a fuerza de lucecitas en los balcones de las casas, las farolas y los árboles en calles y plazas y un sinfín de bazares navideños en diversos establecimientos e instituciones.

Este finde la agenda estaba apretadísima. El parque cultural Technopolis albergaba el Bazar del Libro. Fuera la cola era espectacular; dentro el gentío, insufrible. No era para menos: todos los libros a 1€, a beneficio del Centro de Acogida y Solidaridad de Atenas. Después decidí apoyar al pequeño comercio local y me perdí en los múltiples bazares de los negocios de Kukaki, mi barrio. Desde los accesorios hechos a manos por Katerina en su nueva tienda, inaugurada hace unas semanas, hasta los objetos de decoración vintage del Tintinambulum, el anticuario del barrio, alojado en una de las joyas neoclásicas que aún se conservan a las faldas de la colina del Filopapo. Ni que decir tiene que allá donde íbamos, nos convidaban a té, chocolate caliente y toda clase de dulces (caseros, por supuesto, ¡esto es Grecia!)
 
En mitad del clima enrarecido y pesimista de los últimos tiempos, tengo la impresión de que esta Navidad intenta aportar una chispa más de calor que la anterior. En primer lugar, por ellos, por los niños, los verdaderos protagonistas de esta fiesta. Pero también un poco por el resto, que también necesita una tregua, un receso en la carrera incansable que es llegar a fin de mes cada vez con menos dinero en el bolsillo y más impuestos que pagar. La vida, en cualquier caso, continúa. No puede ser de otra manera. Independientemente de los infortunios que depare la Historia en la época que a cada cual le toque vivir.

Precisamente este es el eje central entorno al que se desarrolla la excepcional obra Hijos e hijas (Γιοι και κόρες) que se escenifica cada fin de semana en la sala del siempre innovador bar Bios. El autor y director, Yiannis Kalavrianos, recorrió todo el país haciendo a los más viejos del lugar la misma pregunta: "¿Podría recordar alguna historia que marcó su vida?" Sin más apuntes ni sugerencias, 85 hombres y mujeres narraron las historias que cambiaron sus vidas para siempre. Muchas de estas se funden con los acontecimientos clave la historia reciente del país: las Guerras Balcánicas (1912-13), la Ocupación alemana (1940-45), la Guerra Civil (1946-49), la Dictadura de los Coroneles (1967-74)... Historias llenas de amor, miseria, inocencia, odio, infidelidades, injusticia..., que, narradas por sus protagonistas muchas décadas después, recobran vida encarnadas en cinco jóvenes actores sin más artificio que su talento. Una lección para esos jóvenes de hoy que, criados entre algodones, se ahogan en un vaso de agua, ante la primera adversidad. Un himno a la vida, con todo lo que conlleva, las alegrías y las penas, las luces y las sombras, los gozos y los martirios. Un mosaico hecho de las pequeñas historias de la vida que se desarrollan a la par que --pero siempre por debajo de-- la Historia oficial de las naciones. Para aquellos que visiten Atenas en estas fechas y sepan griego, un must-see sin condiciones. Al término de la función se sentirán mejor consigo mismos, más felices.

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