18 julio 2017

Algún día...

A Elias Vamvacoussis lo conocí anoche, de forma totalmente inesperada, en la terraza del mítico bar Micrá Asía, en Gazi. Aunque cueste trabajo creerlo, el concierto estuvo a punto de ser cancelado por la lluvia, y es que el tiempo en Atenas estos días es más propio de finales que de pleno verano.

Finalmente, una vez despejado el cielo, decidieron actuar en un improvisado unplugged, que dio un aire aún más intimista a la noche pasada por agua. Dos guitarras, dos voces masculinas y una femenina. Sin más artificio.

Entre canciones propias y ajenas, hubo una que me transmitió más que la demás. Quizá fuera la melancolía de la lluvia que aún flotaba en el aire o este atisbo de otoño en mitad de julio. Quizá el rasgar de la guitarra en estado puro y la voz desnuda, sin micrófonos. O la evocación de imágenes cotidianas de esta ciudad que ya forma parte de mí y que algún día serán recuerdos borrosos como la ciudad difuminada tras la lluvia. El caso es que me la llevé prendida en la piel y ya no ha dejado de sonar en mi cabeza. Y quería compartirla aquí.



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