29 agosto 2012

Listos para zarpar


Para muchos griegos tan importante como la isla que quieren visitar es el modo en que llegarán a ella. Para la mayoría el verano es sinónimo de barco, de travesía encaramados a cubierta, preferentemente por el Egeo. Cada vez más siento yo también lo mismo y cuanto más largo sea el viaje, mejor. Prefiero pagar un poco menos y tardar un poco más, si eso significa que podré merodear por las diferentes cubiertas del barco para terminar admirando la inmensidad del mar mientras el viento salpica mi cara con espuma de olas.

Cuando partes de El Pireo, sientes siempre la excitación incontenible de un viaje iniciático. Cuando vas a su encuentro, el sol y el mar te permiten condurar un poquito más la magia de las vacaciones. Sólo cuando irrumpen en lontananza los grises edificios del puerto como una masa informe de hormigón aparece el "GAME OVER" sobre la frente de los viajeros que se apresuran a recoger sus equipajes y ser los primeros en abandonar la nave. Éste es el primer signo del estrés de la ciudad, sin haber puesto siquiera el pie en tierra.

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