19 julio 2012

Amorgós: El centinela inerme

 
Jora palidece conforme se oculta el sol. 

La perfecta unión de azul infinito entre cielo y mar 
se disocia 
hasta esfumarse en un púrpura nazareno. 

Las casas blancas
--desteñidas algunas, inmaculadas otras--
parecen parapetarse de la furia del viento cicládico 
tras el enorme paredón de piedra
que conforma el terreno.

Una decena de molinos de viento, 
la mayoría decapitados, 
pone el colofón a este skyline extraño y embrujador, 
que combina el encanto de lo pinturesco 
con el atractivo de lo decadente y abandonado.

Estos molinos tullidos custodian el poblado 
cual centinelas fieles que, 
abatidos por el enemigo, 
resisten estoicos, pétreos, inermes,  
sin aspas ya para ajar vientos. 

¿Es el fin... 
o es el principio de otra nueva era
para esta adusta tierra milenaria?

1 comentario:

  1. Maravillosas descipciones para una isla que estoy segura me "mageftikará" cuando la visite!
    Qué ganas de que llegue ese día!
    Bravo Miguelakos, te superas cada día.

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