Hoy, trescientos sesenta y cinco días después, miro aquel viejo mapa de bolsillo arrugado (que aún suelo llevar encima para consultas discretas cuando el entramado urbano me pone a prueba) y pongo a cada uno de esos coloridos trazos rectilíneos no sólo una imagen de su aspecto real, sino además un anexo con todo tipo de informaciones y precisiones (si es una avenida ruidosa o una zona pija o si hay algún café entrañable). Mi Atenas hoy es, desde luego, otra. Ha pasado sólo un año, pero mi forma de percibir esta ciudad y este país ha cambiado radicalmente. Puede que el mito griego idealizado durante años a base de estancias de verano y alguna que otra vacación se me haya caído estrepitosamente, pero no es menos cierto que esta nueva imagen del país, menos idílica pero más real, sigue hechizándome de un modo que aún no alcanzo a explicar... Pero esto lo dejaremos para el siguiente post.
24 septiembre 2010
Un año de Atenas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ahora entiendes porqué es la "Atenas" de mis amores, eh! Disfruta por mi, tanto como puedas, de esa ciudad "caóticamente encantadora" que adoro y que, después de un año ya empiezas a ver con otros ojos. Felicidades, como siempre, por conseguir llegar a los corazones de tod@s los que te seguimos a través de tu blog.
ResponderEliminarΦιλάκια πολλά